El 17 de marzo se celebra el Día Internacional del Tornero, una celebración que honra a los torneros y su oficio en todo el mundo.
Durante este día suelen organizarse eventos como exposiciones, demostraciones en vivo, talleres y conferencias, donde los torneros pueden mostrar su trabajo, compartir técnicas, conocimientos y fomentar el interés por este oficio. Además, se busca concienciar sobre la importancia de apoyar a los torneros y a la industria, así como promover la formación y el aprendizaje de las nuevas generaciones, imprescindibles para garantizar la continuidad en la industria.
En la década de 1780 el inventor francés Jacques de Vaucanson construyó un torno industrial con un portaherramientas deslizante que se hacía avanzar mediante un tornillo manual.
Hacia 1797 el inventor británico Henry Maudslay y el inventor estadounidense David Wilkinson mejoraron este torno conectando el portaherramientas deslizante con el husillo.
El torneado es una práctica antigua que ha evolucionado a lo largo de los siglos, desde los tornos manuales utilizados en la antigüedad hasta las máquinas modernas controladas por CNC que se utilizan en la actualidad. A pesar de los avances tecnológicos, el oficio del torneado sigue siendo una habilidad valiosa y apreciada en muchas culturas.
Los torneros son técnicos especializados en el trabajo con tornos, una máquina herramienta muy utilizada en la industria manufacturera, que sirve para dar forma a diversos materiales mediante la rotación de este mientras se aplica una herramienta de corte.
Existen varios tipos de tornos, cada uno diseñado para trabajos específicos y adaptados a diferentes materiales y procesos de fabricación.
Independientemente del tipo, el funcionamiento básico de un torno implica sujetar el material a trabajar en un mandril o plato de sujeción, girarlo a una velocidad controlada y utilizar herramientas de corte para dar forma al material conforme gira. Esto permite crear piezas con formas precisas y complejas, lo que lo convierte en una máquina herramienta fundamental en la industria.
El trabajo de un tornero implica habilidades prácticas y precisas. Los torneros deben ser capaces de visualizar la forma final de una pieza y trabajar conforme a las exigencias del cliente. Además de tener habilidades técnicas, los torneros tienen conocimiento de las máquinas, herramientas y de los materiales con los que trabajan, así como una comprensión de las técnicas tradicionales y contemporáneas de torneado.
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