Por Mireia Vilalta

¿Se puede parar un rayo? Energía, historia y protección

Los rayos son descargas eléctricas impresionantes, y muchas personas se preguntan: ¿se puede parar un rayo? Para responder a esta cuestión, primero debemos entender la energía y la intensidad que desprenden estas descargas.

¿Se puede parar un rayo? ¿Cuál es su energía y su intensidad?

La energía aproximada que libera un rayo es del orden de cien megajulios, y su intensidad puede alcanzar hasta los 100.000 amperios (A). A pesar de esta elevada intensidad, la cantidad total de energía no es muy alta porque la descarga dura solo unos pocos segundos. Esto explica por qué, aunque impresionantes, los rayos tienen un efecto limitado en el tiempo.

Historia del intento de parar rayos: desde Ramses III hasta Benjamin Franklin

La idea de controlar o parar un rayo no es nueva. Hace más de 3000 años, el faraón Ramses III construyó templos con cúspides de cobre y oro, buscando protegerse de los impactos de los rayos.

En 1751, Benjamin Franklin realizó su famoso experimento con una cometa durante una tormenta eléctrica, observando cómo los rayos se dirigían hacia ella. Este descubrimiento fue un gran avance para entender cómo se pueden dirigir o desviar los rayos, y es la base para la tecnología de protección contra rayos que usamos hoy.

Protección actual contra los rayos: pararrayos y dispositivos SPD

Hoy en día, en la parte superior de los edificios encontramos los pararrayos, dispositivos diseñados para proteger las instalaciones eléctricas de casas e industrias frente a los impactos de los rayos.

¿Qué es un pararrayos y cómo funciona?

Un pararrayos actúa como un conductor que capta el rayo y lo dirige hacia tierra, evitando que la descarga eléctrica cause daños en la estructura o en los equipos eléctricos.

El papel de los dispositivos de protección contra sobretensiones (SPD)

Además, en los cuadros eléctricos de los edificios podemos encontrar el dispositivo de protección contra sobretensiones (SPD), que protege los aparatos electrónicos en caso de que un rayo caiga sobre el pararrayos, evitando daños por picos de tensión.